todo
empieza la melancolía me come poco a poco recordar mi planeta natal es igual a clavarme
mil espadas en el corazón, todo por culpa de esos malditos si tan solo se hubieran
borrado ellos y no el resto de mi planeta y el planeta de la raza humana pero algún
día muy cercano podre destruir a los malditos que me llevaron a esto así
tenga que remover el espacio buscándolos pero ahora que hare, lejos de mi hogar
de todo lo conocido para mi, lo bueno es que gracias a mis dotes puedo pasar desapercibido
entre los humanos pero no se si funcionara siempre o si alguien la puede
contrarrestar lo principal es tratar de vivir por ahora me concentrare en eso
tengo que comer lo bueno es que al parecer la atmosfera es compatible con lo
que puedo respirar pero me empiezan a dar hambre y a perder mis fuerzas lo único
que tengo es el dinero de mi planeta que no se si tenga algún valor y el único
recuerdo de mi planeta el motor del infinito...
sábado, 7 de abril de 2018
FERT
STIVEN CORREA
Fert nació en el
planeta Cold Heart hace más o menos 50 mil años humanos. Creció en el orfanato
Azul, jamás supo quiénes fueron sus padres. Un día mientras caminaba por los
alrededores del orfanato, el hielo se agrietó tras un pequeño temblor y
cayó, pero un gran perro glaciar le salvó la vida al sujetar su manga con los
dientes. Desde entonces, este perro glaciar fue su mejor y único verdadero
amigo hasta que murió.
Al menos 20 años
más tarde, Fert se convirtió en un joven inteligente y muy hábil en el manejo
de la tecnología avanzada. Por ello, fue reclutado por los gobernantes de
su planeta para crear una gran máquina que pudiera situar a Cold Heart y sus
habitantes en otro planeta, con más espacio disponible sin necesidad de
abandonar el planeta ni perder vidas inocentes, pues Cold Heart estaba super
poblado y era el único planeta de su galaxia, la Gralaxia Brould, desconocida
para los humanos. Así fue pues, como Fert, después de al menos mil años
humanos, logró crear una máquina de apariencia sencilla pero muy poderosa.
La máquina fue
llamada: Infinito. Podía generar una energía infinita capaz de crear y
controlar agujeros negros. Infinito lograría crear un agujero
interdimensional, espacial y temporal que llegaría a un planeta con
condiciones de vida similares a Cold Heart: oxígeno, árboles, hielo, agua,
entre otras. Pero, la máquina necesitaría de algunas pruebas y ensayos antes de
realizar el traslado final. Sin embargo, los gobernadores de Cold Heart
ignoraron las advertencias de Fert y usaron la máquina sin probarla. Así fue
como el agujero negro creado por Infinito, destruyó el planeta Tierra de la
galaxia Vía Láctea y en Cold Heart se sembró el caos irremediable.
Infinito fue
destruida por su propia energía, pero su pequeño motor fue rescatado a
tiempo por Fert al momento que era succionado por el agujero y arrastrado hacia
un lugar desconocido. Fert se encontró de pronto en un pedazo de tierra
flotante cubierta, en parte, por un domo que protegía una ciudad dentro
de él. No sabía que ese pedazo de tierra y ese domo eran lo único que quedó del
planeta Tierra después de su destrucción, tampoco sabía que traspasar el
agujero negro le había tardado decenas de años que parecieron segundos.
Fert logró
infiltrarse en el Domo gracias a su capacidad excepcional de controlar algunas
partes del cerebro por medio de la telepatía. Mantenía una ilusión de
apariencia humana, así que nadie en el Domo Nautylus Terra notó algo extraño en
él, salvo Morth, un viejo maestro de armas quien tuvo en el pasado contacto con
radiación y la telepatía no podía afectarlo. Sin embargo, Mort se hizo
amigo de Fert y le ayudó a convertirse en un caza recompensas.
Mientras tanto, el
rencor y la sed de venganza crecían profundamente en Fert, pues se sentía
culpable por la destrucción del planeta Tierra, pero a la vez sabía que fue la
incompetencia de los gobernadores de Cold Heart lo que finalmente accionó la
máquina y causó tal desastre. Así pues, Fert vive con la firme intención de
poder volver a su hogar y cobrar venganza.
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